15 MAYO 2013 // Del mismo modo que la forma de vestir de una persona dice mucho de su forma de ser, de su personalidad, un packaging dice más de lo que el propio consumidor cree del producto al que alberga en su interior. La estética del packaging es tan relevante que puede conseguir un tipo determinado de consumidor, así como evitar que ciertos nichos de población se sientan atraídos por el producto. El envase viste al producto, y lo ideal es que su estética esté en sintonía y concuerde con el producto que se ofrece en su interior.
El aceite de oliva es uno de esos productos que pueden ‘vestirse’ de muy diversas formas, en dependencia de su calidad o del tipo de uso al que esté destinado. En cualquier caso, la experiencia muestra que la sencillez o humildad de un packaging de aceite no tiene por qué estar reñida con la calidad de lo que alberga en su interior, pero sí que es cierto que un buen diseño atraerá la atención del consumidor y embellecerá a uno de los mejores productos que da la tierra española.
Como ejemplo, los creativos de la firma de aceite Señorío de Jaén han dado vida a '667', un producto gourmet cuyo packaging está serigrafiado con ilustraciones en oro y de una belleza excepcional. El objetivo es recordar al consumidor que el aceite que alberga en su interior es oro líquido para el paladar.
Fuente: Premios de Publicidad Agripina.
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